En la ante-penúltima corrida -14-O- de la Feria del Pilar que se realiza en Zaragoza brillaron las faenas de Morante de la Puebla y Diego Urdiales elaboradas en 4º y 5º lugar ante los toros de Juan Pedro Domecq. Talavante pasó de puntillas. La empresa puso el cartel de agotadas las localidades.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Digamos que era uno de los carteles estrella al que los aragoneses lo habían considerado de esta manera. Se volcaron con antelación a las taquillas de la plaza y agotaron el papel. No era para menos. La presencia del torero de La Puebla del Río -torero lírico- al que le restan pocos compromisos para concluir el tremendo campañón 2022, difícil de superar, auguraba que algo grande pasaría. Y ocurrió desde el mismo instante en que el 4º saltó a la arena. Magia, inspiración, temple, mando y continuidad. Destaca en el epílogo de la faena una serie con la izquierda de frente, adelantando la flámula y cargando la suerte. Media en lo alto rubrica la obra. Una oreja.

Diego Urdiales acompasó su faena con notas altas a medida que iban transcurriendo los minutos. De menos a más. Seguro, relajado en la interpretación de una tauromaquia de extremada pureza que remató con un pinchazo que antecedió a la estocada lastimosamente. Una oreja.

Alejandro Talavante silenciado en ambas intervenciones. Mostró disposición y obtuvo momentos de mucho interés. Los ejemplares sorteados no le regalaron nada.