• 11 octubre, 2024

GRAN CORRIDA DE VICTORIANO DEL RIO CON LA QUE NUEVAMENTE TRIUNFO E. PONCE

Por: Nestor Giraldo. M.

La corrida completa de Victoriano del Rio dejó más que satisfechos a ganaderos, toreros y público que presenció en Nimes – Francia la sutileza de Enrique Ponce, las maneras artísticas de Curro Díaz y el potencial de Emilio de Justo.

Treinta años en figura del toreo se dicen pronto para un torero que tarde a tarde sale a disfrutar y a hacer disfrutar a los aficionados con las faenas que registra, toreando con temple, además de la belleza que le imprime a cada muletazo que pega con el corazón y con un sentimiento propio de quien siente el toreo. El maestro Enrique Ponce se erige como torero de época con una cantidad de corridas y toros lidiados, sobrepasando los más de 50 indultados a lo largo de su fructífera carrera. Una vez más salió a hombros por la puerta de los cónsules en Nimes después de dos conciertos de arte, pureza, belleza y solvencia, cortando una y dos orejas respectivamente.

Curro Díaz maneja las telas con un arte inconmensurable. Ese pellizco repentino, esos trincherazos de cartel de toros y esos remates, hacen vibrar por el contenido artístico que llevan. La afición de Nimes le agradeció con saludo en su primero y vuelta en su segundo esas faenas de entrega y clase optimas que no se colofonaron con la espada.

Emilio de Justo se transforma cada vez que viste el traje de luces y transpira afición que lo convierte en quehaceres impecables, manejando tanto el capote como la muleta con una suavidad única sin permitir enganches, producto de la inteligencia con la que interpreta las embestidas de los toros, dándoles tiempos y terrenos exactos junto con su técnica y colocación para instrumentar series muy templadas, jalando los ejemplares y fijándolos a su muleta en pases muy largos, quedando colocado para pegar el siguiente en redondo. Series largas de un nivel muy alto. Se le concedió la oreja del tercero con el hierro de Toros de Cortés que fue premiado con la vuelta al ruedo y perdiendo los apéndices del sexto por fallar con el acero.

Corrida de toros de mucha calidad con tres intérpretes diferentes en la que por culpa de la tizona Curro Díaz y Emilio de Justo no acompañaron al maestro de Chiva en su salida a hombros por la puerta de los cónsules.

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