Este 28 de enero 2024 pasará a la historia de la tauromaquia azteca. Motivo la reapertura de la Monumental plaza de toros del Distrito Federal. Mensaje contundente de la afición dirigido a las autoridades locales y del planeta, que confirma que la fiesta de los toros está viva.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Llegó el día esperado. Último domingo del mes de enero 2024 en el que se le devolvió con justicia y después de haber transcurrido más de seiscientos días, a los aficionados mexicanos, el derecho universal de poder disfrutar de la heredad del rito taurino; al que los -anti-, animalistas, quieren por todos los medios desaparecer de la faz de la tierra. Más de cuarenta y dos mil almas al unísono gritaron óle al momento en que los protagonistas realizaban el paseíllo. Vibraron. Escasos minutos de emoción y pasión que fueron suficientes e inmediatos para llegar al tope. Un óle a la libertad, que desde las naciones celebrantes de esta liturgia lo acompañaron.

La terna, Joselito Adame, Diego Silveti, mexicanos y el peruano Andrés Roca Rey y el ganadero Fernando de la Mora fueron actores principales de la corrida de la reapertura en la plaza más importante y la que alberga el mayor número de espectadores, la -Monumental de México- escenario de un festejo del que el globo terráqueo estaba pendiente. No hubo orejas, pero sí voluntad, pasajes importantes de torería, hasta cuando a los de Tequisquiapan se agotaron. Ovaciones y palmas para los espadas aztecas. Al peruano no le acompañó la suerte en la escogencia de su lote. Lastimosamente no fue su tarde.

Hicieron presencia en el antes y después los violentos provocando a los concurrentes, sin conseguir el objetivo. Fueron momentos de angustia.