• 24 noviembre, 2024

LA OBSESION DE PROHIBIR

LA OBSESION DE PROHIBIR

Es la que poseen los integrantes del Concejo de Bogotá diagnosticada por los habitantes de la ciudad debido a los comportamientos y decisiones que van en contravía de la buena convivencia, el respeto y el derecho a la libertad de pensamiento y el multiculturalismo.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Obsesionados por intentar desaparecer los festejos taurinos en Bogotá D.C los integrantes del cabildo han aprobado un acuerdo -según ellos- para desincentivar las corridas de toros y conseguir en el inmediato futuro su prohibición con repercusión en todo el territorio nacional. Pareciera que los firmantes padecieran de un síndrome de carácter psicológico que amerita una visita al especialista. Situación preocupante porque les está provocando delirios y estos a su vez equivocaciones imperdonables en los temas jurídico y taurino.

Existen por ejemplo artículos en la Carta Política en que los que reza que las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia en su vida honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares. Y otro por si acaso.

El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación Colombiana.

Agregamos que existe una ley vigente 916-2004 que reglamenta todo lo concerniente al espectáculo taurino y que solo podrá ser modificada por el Poder Legislativo. Cuenta además con varias sentencias a favor, promulgadas por la Corte Constitucional. Su abuso no puede llegar a transgredir lo estipulado.

En cuanto a lo taurino tratar de cambiar el reglamento es imposible. Es la esencia del festejo el cumplimiento de los tres tercios. Parte del conjunto artístico que realizan toro y torero en el escenario en que se juegan la vida, creando arte, lo cual es no asimilable por su obsesión compulsiva producto de las ideas, pensamientos y comportamientos repetitivos indeseables que los impulsan a alucinar.

Los que están en la prehistoria son ustedes. La actitud de tiranos ya no vale. Estamos en el siglo XXI y según la Nación Colombiana los derechos de las minorías tienen que ser respetados. Los compromisos con sus electores no los están cumpliendo. Bogotá D.C merece todo el esfuerzo y talento de ustedes, no solamente exigir camionetas blindadas último modelo, escoltas, sumado a esto los buenos honorarios que tienen asignados, debería todo esto verse reflejado en la evolución de la ciudad.

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