Por: Néstor A Giraldo Mejia 

Con casi dos años de gobierno del señor Petro, es innegable que el país se encuentre en un estado de polarización, el cual nunca habíamos padecido por efectos de la radicalización de reformas seguramente bien intencionadas pero lesivas por inoperantes y estériles.

Es legítimo y que se avale el aborto en el que se compromete la vida humana pero se prohíbe la actividad taurina.

Es legítimo y que se avale la excarcelación de miles de delincuentes que han cometido fechorías y canalladas a la sociedad pero se prohíbe las corridas de  toros.

Es legítimo y que se avale el consumo de cannabis y otras sustancias sicoactivas pero de prohíbe la llamada fiesta brava.

Es legítimo y que se avale la calificación de servicios de altos mandos militares con hoja de vida intachable pero se prohíbe la actividad taurina.

Es legítimo y que se avale no tener recursos para el mantenimiento de helicópteros que le prestan servicio de seguridad a la sociedad pero se prohíbe las corridas de  toros.

Es legítimo emitir discursos incendiarios azuzando a la población civil adepta al gobierno para enfrentarla a quienes piensan distinto pero se prohíbe la llamada fiesta brava.

Es legítimo y que se avale exhibir la bandera terrorista del grupo que secuestró y asesinó a José Raquel Mercado y Gloria Lara de Echeverri además de muchos otros homicidios cometidos por el grupo citado pero se prohíbe la actividad taurina.

Es legítimo y que se avale la contratación millonaria de personal de vestuario, maquillaje, estilista y masajista de la señora del presidente pero se prohíbe las corridas de toros.

Todo esto para significar que este martes 14 de mayo, la plenaria de La Cámara de Representantes define con sus votos si la prohibición a las corridas de toros se convierte en ley.

El llamado respetuoso es para los representantes que no conocen la temática taurina se aparten de votar o votar a favor de una actividad que en caso de desaparecer, colapsaría la economía de quienes viven de ella y tanto la ecología como el daño genético sería un síncope de incalculables proporciones.

Quienes proclaman y divulgan en contra de la actividad taurina, están a horas de reflexionar y permitir que se siga con el desarrollo de la fiesta brava en Colombia; después de los toros, seguirá la prohibición de las corralejas, la pelea de gallos, el coleo y las cabalgatas. Todas estas funciones que son de arraigo cultural y de tradición en el país, no pueden desaparecer por veleidades de algunos que tienen privilegios económicos millonarios de las ONG¨s internacionales.

Decía el activista chino defensor de los derechos humanos y premio Nóbel de la paz Liu Xiaobo en 2010: “La libertad de expresión es la base de los derechos humanos, la raíz de la naturaleza humana y la madre de la verdad. Matar la libertad de expresión es insultar los derechos humanos, es reprimir la naturaleza humana y suprimir la verdad”.