Según desde la orilla que se les mire los cambios pueden ser buenos o malos. Respecto de la tauromaquia en Colombia pareciera que ASTOC la nueva asociación de profesionales del toreo puede salvarla del naufragio en que se encuentra.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

La aparición en el escenario taurino colombiano de la nueva asociación ASTOC que congrega a un número de los más importantes profesionales del país pareciera ser el salvavidas de la fiesta de los toros. La negligencia de las directivas durante el transcurso de vida que ha tenido UNDETOC propició la renuncia de estos miembros de mayor trascendencia que decidieron dar vida a una nueva institución con la que se propone en colaboración de otros personajes de la vida nacional hacer frente a las amenazas políticas, de los animalistas que pretenden considerar al toro bravo como ser humano y de los ambientalistas que ignoran completamente como es su crianza y el lugar paradisiaco en que permanecen durante largos años. Lugares en las dehesas que contribuyen de gran forma con la ecología y la preservación de otras especies nativas.

Se conoció en el transcurso de la semana anterior de un nuevo proyecto presentado en el Congreso por unos senadores que sin argumentos valederos quieren impedir la celebración de los espectáculos taurinos en el territorio nacional. El anterior 064 archivado gracias a la labor de lobistas de “Gitanillo de América” y de “Nicolás de San Juan” con la ayuda de los parlamentarios amigos. Nos preguntamos ¿será que ningún otro sector taurino quiere prestar ayuda a ASTOC? -Astolco- la asociación de ganaderos de bravo se encuentra refundida en el mapa. Sin señales de vida. ¿Y la empresa de Bogotá? Bien valdría la pena que salieran de su zona de confort y se atrevieran por lo menos a exponer ante la Comisión correspondiente una defensa para que estos políticos aterricen y se den cuenta que la minoría taurina vive. Alberto García de Tauroemoción de España visitó la capital vallecaucana y propuso fechas para la realización de algunos eventos. Veremos si alcalde que, como su colega de Bogotá, según ellos los toros ya no existen. El desconocimiento de las sentencias de la Corte Constitucional que favorecen que estas capitales al igual que la -Ley 916-2004- con tradición celebren este tipo de espectáculos para los mencionados no valen. La empresa que aspira a seguir organizando la temporada bogotana debería hacer lo propio. Venir y dar la cara. <Decían los abuelos que la cara del santo hace el milagro>. La pandemia del coronavirus que sigue implacablemente al ataque contra la humanidad, seguramente el próximo año tendrá su contra. La vacuna, que están de manera acelerada probando los grandes laboratorios farmacéuticos del mundo la salvará, pero no salvará a la tauromaquia. De manera que, si al tema que es bastante delicado no se le pone atención, la caída al fondo del abismo está cerca. Es el final. Los ganaderos a enviar los toros al matadero. Empresarios y toreros a otra cosa mariposa.