Tres cuartos de entrada en tarde agradable para presenciar la tercera corrida en la feria de Santander. Toros variopintos, nobles y descastados de Juan Pedro Domecq.

No fue larga la faena de Morante de la Puebla en su primero que ofreció complicaciones con tres intentos en la suerte suprema finalizó su labor. Silencio. Faena muy original, de naturalidad, de personalidad, la ejecutada por Morante en su segundo ejemplar que tuvo nobleza. Doblones de inicio con mucha torería y luego plantándole cara para torear en redondo. Ajustó una estocada sin puntilla y cayeron las dos orejas inobjetables.

Diego Urdiales hubo pasajes en la faena que tuvieron ritmo y armonía con un toro que ofrecía tendencia hacia las tablas. El mérito estuvo en la voluntad, disposición y porfía. La estocada al hilo de las tablas tuvo contundencia. Una oreja. Faena templada la del riojano en series muy reunidas de cinco y seis muletazos. El toro con mucha transmisión y siguiendo los vuelos de la muleta con gran nobleza pero al final terminó echándose por la exigencia del torero y alguna dolencia física según anotó al final de la corrida el ganadero. Muletazos reunidos, con hondura y ralentizados. Estocada entera desprendida. Oreja

Juan Ortega con un toro blandito hizo deslucir por momentos su labor, sin embargo practicó el toreo estético, de ortodoxia y clasicismo. Estocada completa solicitándose la oreja que no concedió el palco. Ovación. Torea a media altura el sevillano acompañando con la cintura la embestida del sexto pero va decayendo la labor del diestro por la condición brusca del toro en la muleta que se defendía echando la cara arriba. Pinchazo y estocada. Ovación.