• 22 noviembre, 2024

ODIO Y PASIVIDAD

ODIO Y PASIVIDAD

 

 

En este caso no aplica el refrán popular que del –odio al amor solo hay un paso-. Aquí es el odio que impera en el sector animalista del Concejo de Bogotá y la pasividad y el mutismo del colectivo taurino después de los días de conocerse el acuerdo que desnaturaliza las corridas de toros.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Ni una voz, ni un comunicado, ni una protesta virtual y mucho menos presencial, nada de nada, por parte del colectivo taurino de la capital colombiana que se mantiene en su zona de confort. Pareciera que el acuerdo logrado en el Concejo de Bogotá y la posterior firma por parte de la alcaldesa que lo legitima, al sector taurino no le interesara.

La pasividad paquidérmica de los protagonistas toreros, ganaderos, empresarios y aficionados hace gala de su impasibilidad y temor frente a la actual situación. Es verdad que la pandemia del coronavirus y el larguísimo confinamiento ha cambiado la manera de vivir y de pensar, seguramente en un reducido grupo de la sociedad, como dice el presidente, de los ancianos mayores de sesenta años, pero no, en la joven población de toreros en activo, de los que se espera lideren la protesta y defensa de su profesión, contando con el encadenamiento de los sectores afines y de la ruralidad. No olvidar que la unión también es la composición resultante de la decisión y el talento que ayuda a resolver en definitiva las situaciones difíciles.

Encontrar esa concordancia de voluntades y esfuerzos producirán una gran solidaridad, ojalá fuera a nivel nacional, para hacer frente a la irracionalidad de ese grupo de cabildantes de Bogotá que parecen haber sido objeto de un escaneo cerebral que solamente les permite emitir señales de violencia y odio.

¡QUE SUENEN CLARINES Y ¡TIMBALES!

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