Muchas cosas positivas dejó el festejo taurino programado para el domingo 31 de julio pasado en el que se quisieron atravesar arbitrariamente algunos senadores (as) y de manera obstinada y sin tener argumentos válidos, quieren hacer desaparecer el ritual taurino que ignoran, no conocen y por consiguiente atacan.

Pero más allá de obstáculos, palos en la rueda y parapetos de los anti taurinos, está la defensa de la ley en cabeza del Alcalde Municipal, abogado Jaime Torres quien con vehemencia y haciendo uso de sus facultades como primer mandatario de la comarca, se impuso con legalidad ante las demandas y tutelas que quisieron hacer daño de manera infructuosa.

Se preguntarán los malquerientes de la fiesta ¿Que dejó la corrida en Ubaté?, muy sencillo: dejó un escenario lleno hasta las banderas con publico queriendo entrar sin poder, aficionados venidos de otros lugares que se traduce en turismo para la región, transporte municipal activo desde y hacia la capital de la Republica, restaurantes y bares atiborrados de gente, ocupación de hoteles para quienes pernoctaron allí, activación comercial en productos alimenticios propios de la población, en síntesis: actividad para toreros, subalternos, mozos de espada, rejoneador, palafreneros y cuidadores de caballos, transportador de toros, compradores de las carnes, taquilleros de plaza, areneros y monosabios, músicos, vendedores informales de botas, sombreros y ponchos, ventas informales en las afueras de la plaza, etc., etc., etc.

Y así se quiere de un solo plumazo acabar con una actividad que genera cultura, arte y un sinnúmero de fuentes de empleo para personas que de manera sana y honrada llevan su sustento a los hogares.