• 15 septiembre, 2024

“RAFAEL DE PAULA”… EL PROTAGONISTA ES EL TORO

“RAFAEL DE PAULA”… EL PROTAGONISTA ES EL TORO

Esta afirmación del más -artista de los artistas- Rafael de Paula en el cierre del debate celebrado en la capital andaluza el pasado martes titulado -Toros sí-Toros no- ¿cultura, tradición o barbarie? en el marco del ciclo Letras de Sevilla. Fue severamente cuestionado por el maestro jerezano.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

A la clausura de este debate que se realizó en Sevilla y finalizó el pasado martes fue invitado el maestro Rafael de Paula cuyo cuestionamiento -muy severo por demás- lo  inició por el título, calificando a quien se lo puso de ignorante. Parece mentira que tengan que preguntar si el toro es cultura o barbarie. Es muy fuerte. Yo soy el primer partidario de que el toro bravo sea el gran protagonista de la corrida. Por delante del torero», afirmó.

En primer lugar, ha relatado la historia de Leonardo da Vinci sorprendiendo a los presentes:

Érase una vez, en un pueblecito no muy lejos de Florencia, nació un niño y le pusieron de nombre Leonardo. ¿Y por qué pienso yo mucho en Leonardo? Es un niño único, y en algo yo me parezco a él, a Leonardo. Tiene un padre muy autoritario, de la madre no tengo noticias de ella. El padre quería que el niño fuese notario como él, pero el niño lo que hacía era, a esa edad, subirse a las copas de los árboles y ver, sobre todo a la hora de recogida para dormir, a los pájaros. Y allí lo tenía que bajar el padre con su mal carácter y lo castigaba. Ya el niño fue creciendo y creciendo y, harto del mal carácter del padre, que eran broncas y broncas, se fue a la capital, a Florencia. Allí entró a una academia de dibujo. Pasó el tiempo, y llegó a Milán. La Italia de entonces era la Italia del Renacimiento, con artistas muy grandes de la pintura y de la escultura. En Italia hay una estirpe muy añeja en el tiempo dominada por una aristocracia que gobierna los estados. Y salió Leonardo y se radicó en Milán, su señoría el duque le mandó hacer una estatua de su padre, que fue un gran guerrero, pero se la hizo -según el duque- pequeña para él, y la hizo ocho veces mayor que él porque así se la pidió enfadado. Tras ello, subió en un acto al estrado con el pueblo de Milán delante, llamaron a Leonardo y dijo unas palabras: «El arte está por encima del hombre». Y cito esto porque, de una manera, la vida de Leonardo es mi vida. Y el toreo es arte. Por eso yo me hice torero y soy torero de arte. Y por eso tengo devoción por Leonardo.

Y ha citado el libro de Chaves Nogales sobre Juan Belmonte: «Para torear bien, olvídate de que tienes cuerpo. Y se torea como se es». «El toreo no es como el nombre que le han puesto a este debate: cultura o barbarie. Eso es fuerte. El protagonista de la corrida de toros es el toro bravo, por delante incluso del torero. Yo soy torero y yo reconozco que el primer protagonista de la corrida es el toro».

Ha seguido incidiendo en el nombre del debate, que utiliza el concepto barbarie: «En la antigua Roma hubo un emperador que incendió la ciudad para echarle la culpa a los cristianos, que fue Nerón. Y eso sí es barbarie. La Santa Inquisición, eso también era barbarie, o el Holocausto, donde murieron millones de personas de la peor manera».

«Antes de que usted entrase estábamos hablando de la Fiesta de los toros, y yo he recordado que no es Fiesta, que me lo dijo en Jerez una vez», le ha recordado Antonio Lucas a De Paula. «La celebración de la corrida de toros nunca se puede llamar fiesta -le ha dicho Rafael-. Fiestas se celebran en la Feria de Sevilla o de Jerez. Es arte».

Y, de repente, manda que le traigan un escrito, saca sus gafas y se pone a leerlo: “Don José Ortega y Gasset dijo: “No puede comprenderse bien la historia de España sin las corridas de toros”. Lo dijo en una entrevista que le hicieron de forma literal, ya que la obra de Ortega y Gasset es muy extensa y está por el ancho mundo. Fin de mis palabras. Dios los bendiga y tengan muy buenas noches”.

Rafael de Paula cuenta en la actualidad con ochenta y un años. Recibió la alternativa en la plaza de toros de Ronda convertida en el tiempo como el -Santuario de la Dinastía de los Ordoñez- de manos de Julio Aparicio y de Antonio Ordoñez padrino y testigo respectivamente, con toros de la prestigiosa ganadería de D. Atanasio Fernández. Torero de excelsas cualidades artísticas. En el año 2002 recibió la Medalla de Oro de Las Bellas Artes.

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