Por: Leopoldo Portilla.

Desde tiempos inmemoriales las corridas de toros en Colombia y más puntualmente en sus temporadas y ferias grandes, han tenido en sus carteles el dos por uno, verbi gracia, dos toreros extranjeros por uno colombiano.

Incluso como ha venido sucediendo en Manizales en los últimos años, la fecha remate de feria ha quedado en manos de solo españoles.

Han salido los carteles de Sevilla y por ningún lado se observa el nombre de un torero colombiano. Y esto viene sucediendo año tras año, no solo con la empresa de Sevilla sino también con otras empresas que no han ponderado las capacidades artísticas de nuestros toreros.

Tan solo el novillero colombiano de la Escuela taurina de Navas del Rey, Leandro Gutiérrez, ha sido preseleccionado para actuar en Arnedo, optando para participar en el Zapato de Oro.

Colombia cuenta con una baraja de toreros importantes que no defraudarían a la hora de ser llamados para integrar algún cartel de feria de renombre en España, entre otras cosas porque algunos de ellos ya son conocidos en su etapa de novilleros y ahora como matadores de toros.

Un trato digno, sin discriminaciones es el que se pide para el torero colombiano en España; Colombia ha sido para los extranjeros una despensa con las puertas de sus plazas de toros abiertas desde hace muchos años, ya es hora de que haya una reciprocidad más marcada con los nuestros.

En manos de LA UNDETOC queda la inquietud para que no sea una exigencia sino más bien una solicitud comedida a las empresas foráneas para que los nombres de nuestros toreros colombianos sean tenidos en cuenta en sus respectivas programaciones taurinas.