• 11 octubre, 2024

«TALENTOSO» CIERRE DE TEMPORADA EN BOGOTA

«TALENTOSO» CIERRE DE TEMPORADA EN BOGOTA

Por: Nestor Giraldo.

Tarde esplendorosa en el cierre de la temporada taurina de Bogotá con plaza casi llena, un encierro impecablemente presentado de Juan Bernardo Caicedo con ejemplares francamente bravos, otros mansos y uno o dos mas débiles de remos. El sexto destacó por noble, bravo, encastado y repetidor en la muleta. Su nombre “Talentoso”, marcado con el número 63 con 487 kilos de pesos.

La terna compuesta por Sebastián Castella – Andrés Roca Rey y Juan de Castilla, salió en volandas de la plaza después de sobresalientes actuaciones en cada una de sus actuaciones.

Sebastián Castella lidió de capa el primero de su lote y al salir de la vara se malogró siendo cambiado por el bis en una labor larga pero con contenido y argumentos a un toro noble al que le dio sitio, espacio, tiempo y asi ir construyendo faena de series sobre ambas manos con temple y despaciosidad en cada muletazo. La estocada entera y efectiva fue el colofón a una magnifica faena que le valieron los dos apéndices. En el cuarto, tuvo la gallardia de invitar a colocar los tres pares de banderillas a Wilson Chaparro “El Piña” que puso fin a su profesión cortándose la coleta, siendo el maestro César Rincón el encargado de la ceremonia. El diestro de Beziers inicio de rodillas su labor con muletazos en redondo y ya de pie cuando se disponía a iniciar una serie por el piton derecho, se dio cuenta de la lesión del toro en su remo delantero izquierdo que lo obligó a pasaportarlo de estocada entera. No obstante tener en su esportón las dos orejas de su primero, regaló el séptimo al que toreó en tandas reunidas y recurriendo al efectismo de cercanías con péndulos y muletazos por la espalda. Pudo haber cortado la oreja de no haber pinchado en dos ocasiones antes de la estocada.

Después de siete meses reapareció el peruano Andrés Roca Rey sin que se le notara en lo más mínimo la para de su lesión y posterior novedad gastrointestinal. Sin exagerar, nos atrevemos a decir que dejó firmada en la arena bogotana una faena de perfección con impecable labor capotera y muletera imperando los pases de temple y técnica, siempre perfectamente colocado para ir hilvanando una labor que llevó a los tendidos a que se le coreara con fuerza los muletazos largos, conectados uno con otro en redondo, girando apenas los talones y manejando técnicamente las muñecas de sus manos para embarcar perfectamente las embestidas del magnífico pupilo de Juan Bernardo que finalmente fue honrado con la vuelta al ruedo después de ser pasaportado de espadazo y descabello, siendo premiado el torero con las dos orejas. La misma suerte no corrió en el quinto con el que no hubo opciones de triunfo, ejemplar que fue pitado en el arrastre y silenciada la labor del limeño.

El antioqueño Juan de Castilla no fue menos que sus dos alternantes y con su actitud logró con el manso que hizo tercero una faena de porfía, de voluntad, de insistencia para lograr arrancar algunos muletazos estimables en las tablas, soportando incluso la voz de un destemplado espectador que no aficionado que le gritó novillero sin ponderar el esfuerzo que hacía con el manso. Se tiró con fe a matar y depositó la espada en su totalidad, siendo premiado con una oreja más que merecida. Vino el sexto y con él la suerte de contar con un colaborador excepcional por la calidad, la clase, la bravura y nobleza que exhibió “Talentoso” y que hizo honor a su nombre poniendo su bravo talento al servicio de un torero que no se quiso dejar ganar la pelea, entendiendo cada situación que le aportaba el toro. Doblones de inicio y posterior labor sobre ambas manos con tandas relajadas, templadas, de una naturalidad que dejó por el piso el improperio lanzado en su primero. A medida que transcurría la faena y se veía las condiciones del astado, fue creciendo la solicitud de indulto que al final se produjo, obteniendo De Castilla las dos orejas simbólicas.

Fotos: Cortesía de Diegp Alais

 

 

 

 

 

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