Bajo la fuerte lluvia se realizó el décimo quinto festejo de la Feria de San Isidro que contó en el cartel con Miguel Angel Perera, Alejandro Talavante y Ginés Marín ante una variedad de toros de diferentes ganaderías. De plácemes -Plaza 1- coloca por sexta oportunidad el cartelillo de -No hay boletas-.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Bueno, los toros de las tres últimas tardes que se han lidiado en el ruedo venteño, incluidas las sustituciones no han funcionado. Condición que ha ido en detrimento del espectáculo y de los toreros que han puesto todo el conocimiento, rodaje y lo más importante el juego de la vida. El alto nivel artístico que se venía observando, desafortunadamente cae precipitadamente.

Por fortuna se ausentó Eolo pero apareció en escena Tláloc el Dios de la lluvia que como el primero impide el desarrollo de las condiciones normales de los protagonistas. Se corrieron en la tarde-noche madrileña toros de tres diferentes ganaderías; 3 de Victoriano del Río, dos de Núñez del Cuvillo (1º y 2º) y uno de Toros de Cortés (3º). El más potable el 4º de Victoriano que correspondió a Miguel A. Perera, dicen los entendidos no aprovechó la escasa bondad en sus embestidas. Increíble que a un diestro de excelentes cualidades esto le acontezca. Un final ácido. Silencio tras dos recados presidenciales. En su 1º (palmas).

Alejandro Talavante, al parecer le sigue costando recuperar la admiración y el cariño de la afición. Los de su lote en los instantes de comienzos de faena ilusionaron pero fueron fugaces. Silencio en ambos.

Ginés Marín, siempre dispuesto, pero la precariedad de las reses impidieron que sus deseos de triunfo se concretaran. Silencio en ambos.