Por: Néstor A. Giraldo Mejia

No es un final de tarde bueno para los taurinos y menos para las miles de familias que a partir de hoy quedan cesantes gracias a la aprobación del proyecto prohibicionista liderado por unos cuantos Representantes a la Cámara que animados al parecer por estímulos monetarios fuertes de las ONGs obstinadas en acabar con la actividad taurina, entregaron su voto positivo para la eliminación.

Tanto los autores del proyecto como el ponente, personas absolutamente legas y profanas del tema taurino, lograron al igual que el personaje cósmico que nos gobierna junto con otros escuderos (Min Interior), encantar con sus argumentos falaces a la mayoría de parlamentarios que entre otras cosas no se sabe si dentro de los que votaron estén también los corruptos señalados por los ex directores de la UNGRD.  

Como todo fundamentalista y radical no aceptaron siquiera la morigeración de la actividad, NO, era la prohibición total o nada; determinación lamentable ya que los afectados serán quienes trabajan directamente en las dehesas colombianas, llámese mayorales, vaqueros, personal campesino que no es poco en las labores del campo bravo.

Nos queda agradecer a los HONORABLES REPRESENTANTES A LA CAMARA que dieron la batalla hasta último minuto. A Ana Rogelia Monsalve – Cristian Garcés – Juan Espinal – Juana Carolina Londoño – Octavio Cardona y algunos otros con sensibilidad por quienes quedan en el limbo; a matadores de toros y novilleros, ganaderos y personal de plaza y aficionados en general por persistir y luchar de manera denodada.

El trabajo de más de cien años como el de la ganadería “Mondoñedo” se lo cargan de manera insensata los prohibicionistas y radicales.

El escritor y poeta argentino Jorge Luis Borges dijo alguna vez: “LA DERROTA TIENE UNA DIGNIDAD QUE LA VICTORIA NO CONOCE”