Como consecuencia de la pandemia que azota el mundo entero que cambió el curso de la vida de todos los seres humanos y para el mundo de algunos animales también como el toro de lidia que su final está en una plaza de toros a no ser que por bravura, nobleza, bondad y comportamiento se le perdone la muerte, vemos hoy como sin contemplaciones los ganaderos tienen por obligación que enviar las reses al matadero pagadas como carne por no poder sostener camadas de saca que ya están pasadas por edad y no pudieron ser lidiadas como habitualmente acontece.

Con auténtica sorpresa, vemos como los animalistas que vociferan en las calles, los políticos que atacan la legitima actividad taurina sin conocimiento de ella, los anti taurinos pagados por ONG’s que claman por la vida de las reses que se van a sacrificar en una plaza de toros en un rito que desconocen por completo, hoy no se les advierte ningún pronunciamiento en favor de esos animales que van camino del matadero sin poder defender su vida como sí lo hicieran en un coso taurino.

Señores animalistas, defensores de animales, políticos de supina ignorancia, a la fecha ninguno se ha hecho responsable de la suerte del ganado de lidia que se sacrificará como cualquier otro bovino en un matadero, dejando ver no más que un silencio sepulcral; es hora de que entren en defensa de esos animales por los que tanto abogan en épocas de temporada y ferias.

Los ganaderos de bravo en vez de que sus productos vayan al matadero por carne, están muy seguramente en condiciones de aportarlos en adopción para su supervivencia; a estos sujetos que tanto les duele la muerte de un toro bravo en un espectáculo de rito milenario, es el momento de conocerles su sensibilidad y su vocación, invitándolos a que se hagan cargo de estos “animales  indefensos” y puedan salvar sus vidas.