• 22 noviembre, 2024

EL TOREO TUVO UN CAMINO… PACO

 

Hace sesenta años llegó al toreo al que se le conoció como el Niño Sabio de Camas, en la plaza de toros de Valencia un -17 de abril 60- día de su doctorado otorgado por Jaime Ostos y Juan García “Mondeño” con toros de Urquijo. Ahora leyenda viviente.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Recuerdos muy frescos todavía, como si no hubiera transcurrido el tiempo se mantiene en la memoria de aficionados que le admiraron y siguieron por todos los ruedos del planeta. Francisco Camino Sánchez nacido en Camas en las cercanías de Sevilla -la de La Giralda y el Guadalquivir- un 15 de diciembre de 40, dejó para la historia un trasegar muy brillante como torero al que los entendidos de la época le bautizaron con el nombre artístico del Niño Sabio de Camas.

Madrid al parecer fue su plaza talismán, sus triunfos allí le catapultaron para convertirlo en figurón. Con ese INRI trasegó durante 20 años, sin que ninguno de los toreros que con él alternaron le hiciesen sombra en ninguna de las orillas del Atlántico. En sus 20 temporadas como matador de toros estoqueó más de 2000 ejemplares, toreó más de 50 tardes en Las Ventas de Madrid, y salió 12 veces por la Puerta Grande. Se le consideró como el mejor estoqueador del mundo por la certeza con que ejecutaba la suerte suprema. La tarde de gloria ocurrió en la Catedral del Toreo en el año 1970, en la que cortó ocho orejas, tarde que se registra por parte de la historia en páginas de oro.

Sufrió graves cornadas a lo largo de su trayectoria, una de las cuales llevó a administrarle los últimos sacramentos.

Torero polémico, depuradísimo estilista con el capote, magnífico con la muleta, prefería la izquierda, a la diestra.

Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2005, ahora, descansa alejado de esos focos y el entorno taurino en Candeleda (Ávila). En su finca ‘Los Camino’, cría por satisfacción personal reses de sangre Santa Coloma, compradas en su día a Joaquín Buendía, y otra punta de ganado, por separado, del Marqués de Domecq.

El sevillano, paradojas de la vida, nunca terminó de entrar en La Maestranza, donde debutó el 19 de abril del 61 -con Antonio Ordóñez y de nuevo Mondeño, un año y un par de días después de su alternativa- y sí cayó de pie otro camero ilustre: Curro Romero. Pese a ello, se convirtió en uno de los toreros de referencia, espejo de generaciones posteriores. Destacó por su manejo de los aceros, catedralicio en la suerte suprema, así por la personalidad que imprimió a una suerte de capa como las chicuelinas.

Se retiró del toreo en 1987 después de dar la alternativa a su hijo Rafi en la plaza gala de Nimes. Fue un evento puntual, pues cinco años antes ya se había despedido de la profesión. Esa tarde regresó junto a Miguel Báez ‘Litri’ para otorgar la alternativa a sus respectivos hijos.

 

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