• 11 octubre, 2024

¿EN QUE PAIS VIVE?

La narrativa del presidente colombiano ante el Congreso el pasado 20 de julio día de su instalación y día de la Independencia del país, como siempre, nada en concreto y evitando tocar los temas sensibles que necesitan con urgencia soluciones, pero él distrae a la opinión con su tema preferido. El cambio climático y el fin del mundo.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Faltan pocos días para que el actual gobierno cumpla el primer año de gestión -año de verdadero vértigo- por los graves acontecimientos sucedidos día a día. Todo ello hace pensar que el comportamiento del mandatario tiene mucho de fantasía y algo de anormal. Acude a la mentira para cambiar la realidad para hacerla más tolerable con la intención de conseguir beneficios como atención, admiración, o bien evitar que la credulidad de los colombianos en su gobierno continúe cayendo al mínimo, del que está cerca. Incontables son los casos. Su gobierno y quienes le colaboran no llegaron para trabajar por los humildes sino al contrario que los humildes trabajen para ellos. Pareciera querer implantar aquella práctica de los regímenes dictatoriales y/o autocráticos  que se denomina la cleptocracia. Este insistente querer de seguir dividiendo a la gente, a la prensa, que una parte le ayuda y otra tiene derecho al disenso o no? Todo esto lleva a pensar a que  los países que están agobiados por este estilo de gobierno de izquierda, el gobernante de turno y su entorno son multimillonarios o billonarios. Y es verdad. Casos como los del gigante asiático (China), el gigante de la Europa oriental (Rusia) y Siria. En este lado del mundo, Nicaragua, Venezuela, son el ejemplo. El camino lo tiene señalado, mientras lo transita dice cosas diferentes pero cuando llegue al punto promedio tomará el rumbo que le llevará a la autocracia. Compartirá todos los sistemas que han utilizado y priorizará la seguridad de su gestión sobre la libertad del pueblo. Errores absurdos para elegir a quienes hacen parte de su gobierno. El nepotismo reina en todos los entes del estado, lo que le niega toda autoridad moral para la crítica acerva para con sus contradictores.  Su obsesión de favorecer a familiares y amigos lo tiene al borde de la locura y al país lanzado al abismo. Decepcionante.

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