• 27 julio, 2024

GENEROSIDAD EN BOLAÑOS DE CALATRAVA

GENEROSIDAD EN BOLAÑOS DE CALATRAVA

La corrida celebrada este domingo -18A- en esta localidad de Ciudad Real de arraigo romano, participaron los diestros Manuel Escribano, Esaú Fernández y Mario Sotos tridente que enfrentó un encierro de Albarreal, contó con la emocionalidad de los aficionados bolañegos.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

La situación de la pandemia del coronavirus que se padece hace algo más de un año en todos los rincones del universo, según los especialistas viene afectando con tendencia a la preocupación el desempeño mental por el largo tiempo de las cuarentenas que vienen repitiéndose con frecuencia. Seguramente las consecuencias se presentan alterando algunos órdenes del ser humano que en el momento de liberarse, el grado de la euforia y pasión se disparan a tal punto que entran en el terreno de lo fabuloso, como en el de los eventos taurinos. Esto para decir que en el festejo celebrado en el terruño de los bolañegos en la tarde-noche del domingo, el palco donde se encontraba el presidente y su asesor, excedió su generosidad en la concesión de los trofeos para los toreros.

Manuel Escribano no encontró en el comportamiento de sus toros una respuesta positiva que le permitiera el triunfo. En el cuarto de la tarde -segundo de su turno- se lució en el segundo tercio, luego el de Albarreal bajó su juego y pasó al destasadero sin uno de sus auriculares. Lo paseó Manolo en medio de los aplausos.

En las manos de Esaú Fernández llegó el mejor de la tarde, con recorrido que aprovechó el camero con breves faenas por ambos costados. Posteriormente apareció en escena la práctica del toreo encimista y de hinojos, que según los ortodoxos y los recordados periodistas de antaño, era dirigido al tendido de los sastres. Una estocada desprendida puso fin a la vida del cornúpeta de Albarreal que se fue con muchos más pases. Dos orejas. En el otro ni siquiera lo intentó.

Mario Sotos, Había dejado algunos detalles de torería el año anterior en una de sus apariciones en el marco de una corrida de esa temporada extraña e incierta. Su primero -tercero de la tarde- de aceptable juego, no logró encontrar el sitio, para construir una faena que hubiera podido coger vuelo. Varias excursiones con las espadas. Una oreja.

Los toros de Albarreal no tuvieron malas ideas. La mayoría con las cinco hiervas en la boca.

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