Hizo el segundo paseíllo que tenía programado hasta el momento de este 2022 y se obtuvo la respuesta positiva de parte del público -satisfacción para el torero y la empresa- que en un número aproximado de once mil personas acudieron a ver al torero de Galapagar al que pareciera que el tiempo viene haciendo mella. Tres orejas obtuvo como premio a su actuación. Se colocó el cartelillo de no hay localidades.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

En cuanto a la motivación que despertó la presencia del ícono José Tomás en Alicante movió a todo el sector de la economía, punto importante al comprobarse que el espada todavía tiene convocatoria y la masa se mueve. Recuerdos enormes que aparecen en la mente de los aficionados de sus glorias que las hubo muchas pero también de aquellos momentos en que la figura era presa de los toros. Esto, más el tiempo corrido, puede haber ayudado a la decisión de José Tomás de salir de esa órbita exigente, dura en la competición y solamente tocarla esporádica y tangencialmente, para volver a sentir el miedo, la piel erizada con los aplausos, los vítores y la sensación del triunfo.

Su puesta en escena de ayer en Alicante fue corta, medida, pero no delante de los toros que enfrentó. Que a decir verdad no cumplieron con las expectativas. Sacó el torero todo el contenido de su bitácora -extenso por demás- y retroceder a los años gloriosos. Los de Juan Pedro Domecq, sin ser impecables en sus embestidas dejaron que el espada se deleitara ejecutando varias tandas marca de la casa por el izquierdo. Dos orejas cortó al que hizo 2º. El de Victoriano del Río corrido en tercer lugar, carente de la franqueza requerida, Tomás saca series por el derecho y cuando mejor lo hacía el toro hace por él y a por los aires. Enrabietado y en las cercanías, salen las manoletinas y lo despacha correctamente. Una oreja.  El de Domingo Hernández, deslucido en su comportamiento y sin opciones para el madrileño, lo envía al destasadero con una entera, antecedida por dos pinchazos.