Por: Néstor A. Giraldo Mejía

La séptima corrida de la feria de San Isidro dejó como resultado otro lleno de NO HAY BILLETES. Se lidiaron ejemplares de La Quinta encaste Santa Coloma de impecable presentación de diverso juego con mucha exigencia destacando el quinto que tuvo mucho que torearle por el pitón izquierdo y que pesaron en báscula 577 – 574 – 589 – 532 – 543 y 627 kilos.

Miguel Ángel Perera recibió de rodillas al frente de la puerta de los sustos un toro con mucho trapío, algo inusual en el salmantino. Con la muleta metió el toro con mucha suavidad y templándolo en series en las que el toro tuvo recorrido y transmisión hasta cuando le alcanzó la casta yéndose descaradamente a las tablas en donde le dio series de naturales dejando la muleta en la cara tapándolo mucho. Pinchazo, media y varios descabellos. Ovación tras dos avisos. Complejo y exigente el cuarto al que Perera con mucho valor supo lidiar sobre todo por el pitón derecho por donde se metía demasiado después del tercer muletazo. Firmeza y seguridad exhibió el torero extremeño. Estocada trasera suficiente. Vuelta.

Emilio de Justo quite vistoso con chicuelinas y media abelmontada sensacional. Meritorio tercio de banderillas de Abraham Neiro “El Algabeño” que fue obligado a saludar. Sin apurarse le sometió en series en redondo por el derecho. Con nobleza pero a veces remiso para embestir y sin humillar dio naturales templados. Estocada caída. Ovación. De larga cambiada recibió De Justo al quinto, un toro muy bonito, muy bien hecho que no termino de emplearse en el capote. En varas empujó con codicia a la cabalgadura de German González. Morenito de Arles se desmonteró. Doblones para iniciar faena. Muy firme con el toro encastado por el pitón derecho que humilló en cada pase. Resultó cogido sin consecuencias. Por el izquierdo ligó muletazos de gran factura. El toreo de verdad, con emoción, con pundonor, con raza, con oficio, con honradez, con valor. Se tiró a matar derecho como una vela poniendo el pecho por delante quedando un pelín trasera sin eficacia con varios descabellos que le hicieron perder la obtención de las dos orejas. Vuelta aclamada tras dos avisos.   

Ginés Marín con un toro noble pero con carencia de transmisión, no pudo rematar una labor importante que le hubiese llevado a que tomara vuelo la faena. No hubo acierto con la espada. Silencio tras aviso. El sexto con mucho volumen también con un pitón izquierdo potable acudiendo a la muleta de Ginés algo desclasado pero con nobleza sin humillar. La voluntad del torero se agradeció por parte de los aficionados pero la faena no tomó vuelo. Espada que hizo guardia, pinchazo y entera. Silencio tras aviso.