Aceleradamente las acciones que dice apalancar el actual gobierno no funcionan. En contravía y en crecimiento se encuentran la corrupción, impunidad, violencia, austeridad. Es el común denominador que sigue atemorizando a la nación.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

La compostura del titular del gobierno Gustavo Petro continúa en descenso vertiginoso. Lo que faltaba, el mayor de sus hijos -Nicolás- comprometido en actos de corrupción -según él- para oxigenar o favorecer económicamente la campaña presidencial de su progenitor, cuyos recursos provenientes de personas comprometidas con el narcotráfico, ni el candidato , ni el actual gerente de Ecopetrol, conocieron de la entrada de esos dineros. La Fiscalía General de la Nación también le acusa de otro delito -lavado de activos-. Transcurridos los primeros ocho días de su captura el acusado decidió negociar con el ente acusador al igual que su ex esposa Day Vásquez, quienes de momento gozan de una libertad condicional, concedida por un juez de la república, que les prohíbe salir de la ciudad de Barranquilla ciudad donde residen. Muchas son las personas que se encuentran como protagonistas de este tremendo escándalo y faltan  otras que hicieron parte del gobierno como actores principales y que ahora se encuentran en el exterior, unos gozando como embajadores y otros que se mantienen en el anonimato a los que los investigados tendrán que dar a conocer sus nombres. Crisis y Corrupción Total, más no Paz Total. Esto es un asunto de estado que no se puede arreglar convocando a sus partidarios a la calle. Esto, dicen los más eruditos constitucionalistas lo debe resolver la justicia. La nación conoce que este escándalo que lo tiene al borde del colapso, no es el primero que afronta el mandatario. (Escándalo que supera el protagonizado por la campaña de Ernesto Samper, el famoso proceso 8.000).  Tiene en la Comisión de Acusaciones procesos pendientes de tiempos pasados. Desde cuando era alcalde y Senador  y otros tantos en este su primer año como gobernante. De manera que presumir de transparencia ni él, ni sus áulicos lo pueden hacer.

A la situación actual se le debe agregar la escalada de violencia que se está viviendo. La más fuerte desde hace varias décadas. Las calles de las ciudades y pueblos están dominadas por bandas criminales, incluidas aquellas que se presentan con el rotulo de insurgentes. Cincuenta y cinco masacres en lo que va corrido del año con ciento setenta y nueve víctimas. Atracos, sicariatos, extorsiones, reclutamientos de menores, confinamientos y desplazamientos forzados son los delitos que parecen incontrolables. La Política sobre orden público hasta el momento no surte efecto positivo.  Y de austeridad ni hablar. Las cifras publicadas por diferentes medios de comunicación que no hacen parte del coro del gobierno y no desean en convertirse en cómplices de sus desaciertos, son increíbles. Únicamente en viajes nacionales e internacionales. Siete mil millones noventa y cinco mil pesos ($ 7.000.095.000) gastados en el período comprendido entre el 7 de agosto y el 31 de diciembre del 2022. En este 2023 -a la fecha- lo gastado asciende a siete mil millones doscientos dos mil pesos ($7.000.202.000). Entonces su predicamento de austeridad no aplica. Gobierno de mucha incertidumbre. El cambio que se percibe es el de la pobreza a la miseria.