• 27 julio, 2024

MANZANARES Y CAYETANO… PUERTA GRANDE

MANZANARES Y CAYETANO… PUERTA GRANDE

El arte ronda por doquier desde el inicio del segundo año pandémico 2021. En la ocasión se posó en la memoria y expresión artística de los toreros actuantes Ponce, Manzanares y Cayetano en la segunda corrida del “Año Manzanares” con la que se le continúa rindiendo homenaje al más grande diestro nacido en Alicante.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

La grandeza de la fiesta se hace en cada corrida mucho más fuerte porque los toreros que se anuncian en los diferentes carteles de las ferias que integran el calendario son hombres de gran talento, bagaje, expresión artística con diversos matices que contribuyen para engrandecerla. En lo que va corrido de temporada 2021 se registran triunfos no solamente de las vedettes, sino también de quienes les siguen muy de cerca y alternan sin complejos.

La segunda corrida de la Feria Alicantina de Hogueras contó con la presencia del maestro valenciano Enrique Ponce que mantiene su nivel interpretativo y estético, talentoso en faenas realizadas con toros boyantes, o con los que hay que encontrarles el fondo. No se le va ninguno. Ovación y oreja con fuerte petición de la segunda, que el palco no aceptó.

La plasticidad y la elegancia corrieron por cuenta de José M. Manzanares hijo, quien heredó la afición de su padre a quien el planeta le rinde un merecidísimo homenaje al cumplir el quincuagésimo aniversario de haberse doctorado  en esa plaza de manos de Luis Miguel Dominguín y de Santiago Martín “El Viti”. El toreo para Josemari es -arte puro- . Dibuja sobre la arena los trazos largos, seguidos por el toro gobernado y templado, terminando en un semicírculo cerrado que le permite ligar los siguientes muletazos. Una oreja de cada uno de sus toros paseó ante sus coterráneos.

Cayetano otro diestro grande, bebe de una fuente del toreo de gobernabilidad, de aquel que los sabios denominaban toreo de verdad. Por sus venas solamente corre sangre torera. Sin actuar mucho en los últimos meses mostró su madurez e inteligencia. Una oreja concedida en cada uno de sus toros le sirvieron para acompañar al hijo del homenajeado, salir a hombros y por la puerta grande.

Los toros corridos pertenecían la ganadería de D. Juan Pedro Domecq de buena presencia y comportamiento.

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