• 27 julio, 2024

AUSENCIA DEFINITIVA DE D. PABLO LOZANO

 

A la edad de 90 años abandonó este universo Pablo Lozano uno de los bastiones de la Dinastía de los Hermanos Lozano que hace historia en el planeta de tauro por su sapiencia, pedagogía, entrega y manejo de todo cuanto acontece en el fascinante mundo del toro. La letal pandemia del coronavirus cobró una víctima más que deja un gran vacío en la sociedad.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Un hombre que conoció la intimidad del toro en todas sus facetas y también la de los seres humanos, abandonó esta tierra en la que dejó grandes enseñanzas y las que muchas de las figuras del toreo ya en retiro y las en la actualidad soportan y aplican todas sus indicaciones y consejos no olvidan y lamentan su partida.

Matador de toros, salió a hombros por la Puerta Grande del Templo del Toreo la Plaza de toros de Las Ventas de Madrid por la década de los años cincuenta del siglo pasado. Siempre aseguró que torero que se respete debe acudir a Madrid y triunfar. Manera de confirmar el prestigio y encumbrarse en su profesión. Ganadero, empresario, con muchísimos años de recorrido, siempre al lado de sus hermanos José Luis, Eduardo y Manolo. Vivencias que compartió con sus hijos Luisma Lozano, Fernando y Pablo (estos dos últimos toreros) los que y desde hace tiempo también figuran como apoderados.

Apoderó en su época diestros de los llamados de élite como Palomo Linares, José María Manzanares (quienes se le anticiparon en la partida) Juan Antonio Ruiz «Espartaco», César Rincón, Manolo Caballero, Manuel Benítez «El Cordobés», Curro Romero, El Juli, Castella (ya en manos de su hijo Luis Manuel) y otros como Eugenio de Mora, Vicente Barrera.

El 25 de septiembre de 1951 tomó la alternativa en Barcelona de manos de Luis Miguel Dominguín, con toros de Samuel Flores. Confirmó en Madrid el 18 de mayo de manos de Antonio Bienvenida. Su trayectoria como sobrio representante del toreo toledano fue ardua y no exenta de dureza: el 3 de mayo de 1953 resultó herido de gravedad en Figueras. Como único espada conquistó Madrid y su triunfo más importante ante seis toros de Barcial en 1957, en la corrida del Montepío. Que le dio un impulso vital a su Carrera.

Toda la vida admiró el encaste de Núñez y su realización como ganadero fue llevarlo a la ganadería de Alcurrucén. Sin olvidar su faceta como empresario, que culminó en el triunvirato junto a sus hermanos Eduardo y José Luis, que llegó a gestionar la Plaza de toros de Las Ventas entre 1990 y 2004, entre otros cosos como Vista Alegre -con la Feria de la Oportunidad-, y también en América en plazas como Bogotá, Medellín, Cartagena de Indias, Quito.

Taurinos Solidarios casa periodística, hace llegar a su familia, amigos y a todo el mundo del toro su más sentida condolencia.

DEP

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